Correr Definitivamente no es de Cobardes

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22 enero 2010

Teorías de las agujetas

Después de un entrenamiento intenso o diferente, en el que utilizamos músculos no habituales, o tras una carrera, suolemos tener agujetas. Siempre he creido que eran consecuencia de la cristalización del ácido láctico (generando el ácido sarcoláctico), porque así lo estudié en mis años de colegio.

Este ácido láctico es resultante del metabolismo del azúcar y responsable en gran parte de que en una sesión de ejercicio empecemos a acumular fatiga.


El ácido láctico proviene de la descomposición de glucosa cuando no hay presente oxígeno (metabolismo glucolítico), es decir, en un ejercicio anaeróbico como sería el levantar pesas o correr a velocidad elevada, donde hay mucha intensidad y poca duración. En condiciones normales ese ácido láctico y cuando estamos entrenados se reutiliza y no hay mayor problema.

Pero cuando seguimos con intensidad un ejercicio, el ácido láctico comenzará a acumularse al no darle tiempo al organismo a retirarlo. Esto provoca la acidificación de fibras musculares, que tiene dos consecuencias importantes:

• Se inhiben las enzimas encargadas de romper la molécula de glucosa para obtener energía, por lo que se nos corta el riego energético de esta vía y como sabemos, si no hay energía, no hay movimiento.

• Se impide que el calcio se una a las fibras musculares y consecuentemente se dé la contracción.

Por tanto, cuando hay mucho ácido láctico en el cuerpo, no tenemos ni energía ni capacidad para contraer los músculos, esto no es otra cosa que fatiga y lo mejor que podemos hacer es parar el ejercicio o actividad.

Sin embargo, existen tambien otras teorías:

Microrroturas de fibras musculares

La teoría de la microrrotura es clásica, ya que se formuló en el año 1902 ; en ella se menciona que las agujetas se explican mediante una rotura de fibras musculares en su mínima expresión, técnicamente es la rotura de los sarcómeros musculares lo que acaba produciendo un efecto de inflamación ligero del músculo afectado. Este dolor se debe a que la fibra muscular es débil, y no es capaz de sostener el nivel de ejercicio, probablemente porque se está desentrenado y la fibra no es capaz de aguantarlo. Los patrones de ruptura dentro del músculo son completamente aleatorios. Existe alguna evidencia científica que menciona una mayor cantidad de microrrupturas en los músculos de contracción rápida. Esta teoría parece ser la más aceptada por la comunidad científica, y se han realizado numerosos estudios en deportistas.

Las zonas más afectadas por este dolor son las uniones musculares y los tendones cerca de las articulaciones; esto se debe a que la zona musculotendinosa es donde existen más fibras musculares débiles y más tensión. Existe un segundo supuesto: los receptores del dolor (nociceptores) se encuentran en mayor cantidad en estas regiones. El dolor muscular suele tener un período que oscila entre los 5 y 7 días, con un pico de dolor que se muestra en los 3 primeros días tras el ejercicio. Por ejemplo, el dolor y la relajación de los músculos no contribuye a la pérdida de fuerza que aparece en los días de recuperación, no existen evidencias de una inhibición neuronal sobre los músculos ni una desactivación en las unidades motoras. El dolor y la debilidad muscular se deben, prinicipalmente, a los procesos inflamatorios más que al daño micromuscular producido. Las investigaciones realizadas se han fundamentado en el desbalance sobre la homeostasis del calcio en los tejidos musculares debida a las microrroturas musculares.

Aumento de la temperatura

Durante un ejercicio intenso las células musculares pueden alcanzar temperaturas entre los 38 °C y los 54 °C, lo que supone una muerte celular o necrosis. Este proceso genera una desorganización estructural en los músculos que acaba generando un dolor generalizado en ciertos músculos. Esta teoría se ha convertido en una derivación de la microrrotura de las fibras musculares, ya que puede considerarse como una causa más de esta.

Acumulación de ácido láctico

La teoría fue establecida por primera vez por Assmussen en el año 1956, y desde entonces la teoría ha ido siendo cada vez más abandonada por la comunidad científica. En condiciones de anoxia (falta de oxígeno), como la que ocurre en las células musculares durante un ejercicio intenso, el metabolismo cambia y las células fermentan los nutrientes para conseguir energía. La fermentación produce mucha menos energía que el metabolismo normal, que degrada la glucosa a dos ácidos pirúvicos, y este se degrada completamente por otras rutas metabólicas. Sin embargo, en la fermentación, el ácido pirúvico se transforma en ácido láctico que cristaliza en el músculo. El dolor producido, por lo tanto, sería el resultado de la acidez incrementada captada por los nervios y por las microrroturas del músculo debido a los cristales.

Según mencionan algunos autores, esta teoría tiene pocos fundamentos. La observación muscular mediante biopsias musculares no ha podido mostrar la aparición de tales cristales. Tras formarse los cristales de ácido láctico, muchos se degradan, y una pequeña parte se recombina con otras sustancias para proporcionar moléculas energéticas (glucosa). Otra evidencia que niega tal cristalización es que el ácido láctico llega a cristalizar a temperaturas inferiores a -5 °C, cosa que hace que esta teoría pase a ser una leyenda urbana establecida por la transmisión de deportista a deportista sin llegar a un fundamento científico claro.

Espasmo muscular

Introducida en el año 1961 por Dvries; esta teoría propone que el dolor sea resultado de pequeñas descargas eléctricas debido a la fatiga del músculo. Durante un período de actividad intensa las contracciones musculares reducen el flujo sanguíneo, lo que produce daños a las células (isquemia) y también un estímulo en las terminaciones nerviosas, que vuelven a contraer la fibra muscular, con lo que se repite el ciclo. El aumento de la actividad eléctrica produce, además de la excitación de los nervios, una gran fatiga muscular por la falta de flujo sanguíneo. La teoría ha sido criticada por algunos estudiosos de la fisiología y hoy en día se pone en duda.

Está claro que sea cual sea la causa, todos conocemos nuestro cuerpo como para saber si al día siguiente sufriremos o no de agujetas y sabemos que lo mejor para hacerlas desaparecer es una buena “carrera descontracturante”.

Fuentes: Vitónica y Wikipedia

7 comentarios:

Fer dijo...

Muy interesante y bien documentado.
Conclusión: tenemos que entrenar más y mejor.

Rafael Jiménez González dijo...

Eso es verdad.

Hay que entrenar más y mejor para poder evitarlas en la medida de lo posible, o en su defecto que no nos dejen muy perjudicados para el día siguiente.

Un saludo

Un fondista de Doney dijo...

Es posible que un método para combatir su aparición es entrenar mejor, minimizando esos detalles que las inviten a salir. Muy buen artículo.

Un saludo.

Furacán dijo...

Aún se sigue diciendo en muchos lugares lo de las agujetas y el ácido láctico. Lo último que he leido es que el lactato (ni siquiera se debería denominar ácido láctico porque no parece en esa forma dentro de las células) ni siquiera es responsable de la acidificación, en realidad más bien lo contrario. Resultaría más beneficioso que perjudicial.
Actualmente hay varias corrientes de pensamiento, las principales son 2:
-Una corriente sostiene que es la hidrólisis del ATP la fuente
de los hidrogeniones que acidifican el medio.
- Otra corriente considera que es
más bien el agua la que aporta los hidrogeniones para preservar la electroneutralidad del medio cuando aumenta la concentración de aniones(como cuando se producen
cantidades importantes de lactato, sería por tanto responsable indirecto).

Una explicación más detallada en este articulo

Saludos!

Jaime RunnerWolf dijo...

Interesante el tema...
Opino lo mismo más y mejor.
Slds

Mildolores dijo...

Fantástica explicación. lo malo es que a ver con que ganas comienzo de nuevo a hacer series de carrera a pie, sabiendo lo que me espera.

Tengo a menos de una hora 6x1000 de 3´50´´ a 3´40´´ rec 1´30´´ que no sé yo que va a pasar :(

N.G. dijo...

Las conocidas y temidas "agujetas", son conocidas científicamente como DOLOR MUSCULAR RETARDADO. Pese a que históricamente se han dado muchas teorías como bien nos ilustras, actualmente la que está tomando más peso y está perfectamente reconocida es la de las microroturas consecuencia fundamental de las contracciones excéntricas. Un saludo.