Correr Definitivamente no es de Cobardes

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24 noviembre 2008

España conquista su tercera copa Davis

Hoy vamos a rendir, desde este rinconcito del running popular, un pequeño homenaje a los intengrantes del equipo español de Copa Davis, que tanto nos han hecho disfrutar durante todo este fin de semana: FELICIDADES!!!



La Copa Davis del milagro. Sin Nadal y con Ferrer en un papel secundario, el tenis español agarró la tercera Copa Davis de su historia, primera fuera de casa. Otro 'tapado' de lujo, Fernando Verdasco, hizo el punto definitivo al vencer al argentino José Acasuso en un apasionante pulso en Mar del Plata. No hizo falta el quinto partido Nalbandian-Feliciano, el otro gran héroe. El tenis español está en la cima sin el concurso en la final de la mejor raqueta mundial, Rafa Nadal.


El equipo de Emilio Sánchez Vicario se sobrepuso a las adversidades, la ausencia del número uno del mundo, la cancha y una atmósfera hostil, en una demostración de fortaleza colectiva. El deporte nacional corona su año mágico, el tenis culmina un curso difícilmente repetible: a los triunfos de Nadal en Roland Garros, Wimbledon y los Juegos Olímpicos se une la Copa Davis.
Una derecha paralela fulminante puso fin a un partido de extraordinaria emotividad, que por momentos dio la impresión de que ninguno de los dos protagonistas iba a ser capaz de ganar. Fernando Verdasco derrotó a José Acasuso en cinco sets y obtuvo la gran victoria de su vida. Dos días antes fue Feliciano López, junto a quien se hizo con el punto de dobles, el que abrió el camino gracias a la victoria frente a Juan Martín del Potro. Los dos zurdos respondieron en una ocasión de máxima exigencia. Aparentemente descapitalizada por la baja de su mejor jugador, del mejor tenista del momento, y con su número dos en un estado crítico de forma, España tiró de un banquillo que ha terminado por revelarse merecedor de la mayor confianza.


El capitán Emilio Sánchez Vicario -que renunció a la capitanía una hora después de la gloria- se mostró también a la altura de un reto histórico. Acertó en todas las decisiones. Arriesgó otorgando a López la etiqueta de número dos en la jornada inaugural y supo mover el banco para el punto definitivo, apostando por Verdasco en lugar del decaído Ferrer.
Acasuso, al límite


No fue fácil la tarea del madrileño, muy por debajo de su rendimiento habitual, devaluado en muchos momentos por el rango de la empresa. José Acasuso, recurso de emergencia en la albiceleste por la lesión de Del Potro, estrechó pronto las diferencias de 'ranking', empujado por una afición candente, que en el desenlace supo saludar al equipo campeón con los honores merecidos. Número 44º del mundo, el jugador de Misiones llegaba a la cita con tan sólo dos victorias en los últimos meses, sin pelear cinco sets desde el pasado enero, cuando cayó contra el francés Mahut en la primera ronda del Abierto de Australia.


Acasuso es mucho menos tenista que Verdasco. Su revés es débil y su condición física terminó por pasarle factura en un encuentro durísimo. Pese a todo, el español, 16º del mundo, a un paso del 'top ten' en la temporada que se va, estuvo bastante rato en el alambre. Débil con el servicio, que cedió hasta en tres ocasiones en el tercer set, pecó con nueve dobles faltas y tardó mucho en quitarse de encima la larga sombra de la grada, que en algún momento creyó ver la puerta abierta al quinto encuentro entre David Nalbandian y Feliciano López.


En los permanentes intercambios de rupturas, el español entregó el segundo parcial en el desempate y se vio pronto dos sets a uno abajo. Su gran mérito estuvo en no bajar los brazos, resistir en un combate que se libraba en la epidermis, pues de haber mediado el tenis seguramente hubiera concluido más cómodamente de su lado. Finalmente, el zurdo reivindicó la grandeza del tenis español, ganador en Perú, en la primera eliminatoria; en Alemania, en cuartos; en Madrid, ante Estados Unidos; campeón en Mar del Plata, contra Argentina. El mejor tenis del mundo, incluso sin el auxilio de su indiscutible líder, ejemplarmente relevado en una ocasión histórica.

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