Correr Definitivamente no es de Cobardes

Correr Definitivamente no es de Cobardes

25 febrero 2014

Maratón tokyo 2014

Tokyo, el sexto Major, mi sexto Major

En esta extraña e inexplicable envolvente en la que me vi metida desde 2009 de correr todos los Majors, el domingo 23F, por fin acabé con el último. El último de momento hasta que la IAAF decida incluir algún otro. No me extrañaría, quizás en Oceanía ya que no hay ningún otro maratón de aquel continente.

Así pues con más dudas que nunca, el miércoles empezó mi aventura nipona. 15h de vuelo con una escala en Doha a la ida y 20h a la vuelta.

La diferencia horaria con Japón es de 8h pero en el sentido contrario a cómo siempre he vivido viajando a NYC, Hawaii…vamos que iba por delante de lo que sucedía aquí en España.

Reconozco que el desembarco allí no fue bueno. Llegué jueves tarde, bastante de noche. Es una ciudad enorme, muy caótica y me pareció una versión antigua y fea de las ciudades que aparecen en “Minority Report”. Fría, desconcertante, egoísta, inhumana. Las sensaciones no eran buenas. No sentí el feeling que sentí en Boston o Chicago.

Así que esa noche me autoconsolé diciéndome que había ido a correr, que pasara rápido, que yo a lo mío. No me quedaba otra.

Dormí lo que buenamente pude y salí a rodar 40’, más por recuperar piernas de las horas de vuelo que otra cosa. Tocaba ir a la expo y recoger dorsal. La Feria la habían montado bastante lejos del centro y conseguir llegar allí fue una auténtica odisea. Realmente las redes de metro, tranvías, trenes, son complicadas. Todo está escrito en japonés, difícil es ver algún cartel en inglés y qué decir de los japos...

Lo mejor de la expo fue la recogida de dorsales. Ya indicativo de la buena organización. Primero presentas firmado el Certificado de buena salud y de contactos de emergencia en caso de que pudiera sucederte algo en carrera, te lo sellan y te dan el dorsal y bolsa para el guardarropa correspondiente. Luego ya te dan la camiseta del maratón.

El resto de la expo normalita, no tan inmensa como en NYC o Londres, que personalmente creo son las 2 mejores que he visitado. Como expositores estaban: ASICS (principal partner), NB, Brooks, Saucony y otras marcas deportivas japonesas.

Después de la expo, aproveché para hacer algo de turismo por Tokyo visitando las zonas más típicas y curiosas. 9h pateando con bastante frío en la que terminé adorando la sopa de maíz por lo que entonaba el cuerpo.

El sábado me levanté cuando el cuerpo quiso y salí a rodar apenas 30’ con un par de chispazos. Ducha, desayuno y fui caminando hacia la zona de la salida para evitar imprevistos el mismo día de la Carrera. Subí también al observatorio del Tokyo Metropolitan Government donde se contemplan las mejores vistas de la ciudad. Seguí paseando hasta mediodía donde ya hice carga de hidratos más importante y directa al hotel donde no me moví de la cama hasta la hora de cenar.

Dejé preparada la ropa de competir y la que llevaría para abrigarme e intenté dormir algo. Las noches previas las llevo fatal; afortunadamente me conozco y aprovecho bien las siestas.

Con apenas 2h de sueño sonó el despertador. Me duché y comenzó la fiesta.
Compeed en las zonas donde suelen salirme ampollas. Vaselina bien por todos los pies, cuidando también de llegar al interior de los dedos. Calcetines, pantorrilleras de compresión. Más crema antirozaduras por varias zonas y terminé de vestirme. Hacía frío pero me puse malla corta. Soy de las que prefiero abrigarme más de arriba y las piernas menos.

Desayuné en el hotel cereales y una tostada. Aunque era el arroz lo que triunfaba imposible ingerirlo a esas horas de la mañana.

Tardé 20’ en llegar a la salida. Excepcional organización. No me cansaré de repetirlo. En la esquina inferior izquierda de cada dorsal aparecía el número del camión de tu guardarropa. A las chicas nos tocaba el mismo. Me quité el pantalón largo y terminé de colocarme los geles, la visera, más cremas….y me dirigí a mi cajón de salida, el B.

Dentro, estuvimos esperando cerca de 30’ hasta que dieran la salida y allí me encontré a 2 españoles. Uno iba a atacar las 2h45, el otro, Javi, me dijo que quería salir tranquilo, a 5´/km y luego aumentar el ritmo progresivamente y le dije que me iba con él. Al final fue muy generoso por su parte y se quedó todo el maratón conmigo.

La salida fue espectacular, con un coro cantando el (supongo) himno japonés y soltando una especie de serpentinas blancas. Muy chulo.

La carrera.

Los primeros km realmente difícil correr con tanta gente. El problema es que en los primeros cajones había gente VIP pero que iban más lentos que los cajones siguientes. Quizás la organización debiera cambiar para otras ediciones esto por posibilidad de atropellos o caídas. Pero bueno, al menos, no sucedió nada. Pero imaginar que el primer km lo piqué en 5.42. También perdí de vista a Javier y me centré en lo mío. Recuerdo perfectamente que irónicamente me dije: “Bien Rosita, empezamos bien”. Pero no me alteré. No sé porqué extraña razón en el maratón es la única carrera en la que no me ansio, no me agobio y dejo que todo simplemente ocurra. Es realmente una carrera muy larga.

Antes de llegar al km 2, vi a Javier que me estaba esperando. Todo un gesto que le estaré eternamente agradecida. Le dije que yo en maratón no hablo, que me concentro y ahorro todo lo que puedo de energía. No te preocupes, me dijo. Yo tampoco hablo mucho.
Así que se colocó delante de mi y me marcó el ritmo. Los primeros km salieron más rápidos, a 4.45’/Km, pero era por el perfil, claramente muy favorable. Luego ya al recuperar el perfil llano, los ritmos volvieron a 5´.

Fue una carrera perfecta en cuanto a ritmos. Todos los km clavados a excepción de los km finales que los toboganes rompepiernas terminaron literalmente de romperme. Incluso en el km 36 aún bajaba de 3h30 pero al final muscularmente las piernas no me daban para más.

Comí muy bien en carrera, bebiendo en cada avituallamiento y combinando gummies y geles de Victory cada 45-50´. Javier se acercaba en cada avituallamiento y me traía agua, obligándome a no acercarme a la zona y evitar tropiezos y que bajara el ritmo. Un lujazo, señores.

La carrera me resultó fea, para que os voy a mentir. Tokyo es lo que es. Una inmensa ciudad plagada de rascacielos con pequeños templos en determinadas zonas que rompen la armoniosa altura del resto de edificios. Muchos tramos de doble sentido, ida y vuelta, muy largos de hasta 16km. Para el espectador está muy bien porque le permite ver a sus corredores dos veces en un mismo punto. Para los corredores, sobre todo en la ida, es un poco tortura psicológica porque cuando tú estás en el 18, el que ves volver ya está en el 34.

En general fui muy bien hasta el 32 en el que los km iban de uno en uno. Iba pensando en cada km. Los demás vendrían luego. A partir del 37 ya se me hizo largo y sólo quería terminar. Afortunadamente no se me fue una minutada y conseguí apenas perder 10’’ por km. El crono se me iba ya por encima de las 3h30 pero no me importaba porque nunca hubiera apostado eso por mi en este maratón. Llegaba con mil dudas tras retirarme en Getafe y con no muy buenos entrenos.

Conseguir mi mejor marca en los Majors (unos cuantos segundos menos de lo que hice en Chicago) fue realmente una sorpresa. Hacer 3h20 que es mi objetivo más inminente tendrá que ser en territorio español. Al cruzar la meta la llorera fue mucho más intensa que en otros maratones. No por el hecho de haber conseguido mi reto de los 6 Majors sino porque poca gente sabe lo mucho que me ha costado preparar este maratón. Demasiados cambios personales, profesionales, falta de motivación, chascos personales,…ha sido una continua batalla, y preparar un maratón es muy duro y supone estar absolutamente concienciado y motivado. No era mi momento pero al final lo conseguí. Después de lo vivido en Tokyo, lo siento por si alguien me tacha de egocéntrica, pero sí me considero capaz ya de muchas cosas. He vuelto más fuerte de mente, más segura de mi y voy a hacerme valer en aquellos campos donde me faltaba esa seguridad.


Esta vez, este maratón me ha ayudado a quererme más, a hacerme valer y a demostrarme que sólo tengo que creérmelo, que si quiero, nada ni nadie me va a impedir conseguir lo que me proponga.

08 febrero 2014

Cabeza, cabeza, corazón…cojones!!!

Apenas 2 semanas y estaré en el país donde el Maratón es sagrado, donde se vive como algo único. En realidad, para todos los que amamos esta disciplina el Maratón es eso.

Llevo preparando el Maratón de Tokyo desde principios de diciembre. Y no, no ha sido una preparación más. Santamaría cogió las riendas de mi entrenamiento. Una decisión de lo más acertada por mi parte. No sólo sus entrenos son de lo más acertados y pensados, es él como entrenador lo que marca la diferencia. llamadas y whatsapp a diario para ver cómo iba, sensaciones, ritmos, palabras de ánimo, achuchones y tirones de oreja también.
Tener empatía con tu entrenador es clave. Alex me conoce a la perfección y por eso ha intentado sacar lo mejor de mi.

Pero no era el momento. Un cambio de puesto de trabajo, decidido por mi misma y un traslado de vivienda a otra ciudad han marcado mi vida estos 2 últimos meses. No me arrepiento de la decisión porque creo que es la oportunidad de mi vida y como reza la bio de mi twitter…



Las oportunidades están para cogerlas, si pasas de ellas puedes no volver a tener otra.

Así que con todo y con esto en la cabeza yo he seguido entrenando. Madrugando hasta casi llorar para entrenar. Sacando tiempo de donde podía para doblar los días que tocaba y arrastrando a la cama por las noches agotada física y mentalmente. Pero es la vida. Es lo que hay.

Y aunque los entrenos iban bien, estaba descentrada porque estaba más pendiente de temas de curro que del propio entreno. No parecía yo. No estaba centrada. Son fases, supongo.

Después tuve un percance con un taxista que me dejó una rodilla algo maltrecha que me hizo retirarme de la Media de Getafe y luego pillé un virus estomacal que me obligó a alimentarme a base de líquido y suero durante 3 días. Vamos que el kit completito. No me quiero justificar. Primero porque no tengo porqué hacerlo. Pero es lo que hay.

Y aún así, aunque sé que no voy a hacer PB, que voy a sufrir lo que no está escrito, voy a correr el Maratón de Tokyo con la misma fuerza y energía que he hecho siempre. No voy 100% confiada, pero sacaré esa garra maratoniana que me acompaña, tiraré de la saga Asensio y pensar que hay mucha gente que estará pendiente de mi, de que disfrute y que termine.

Coincide en el tiempo con el Maratón de Sevilla, otro que corren muchos amigos y compañeros de faena. Así que fuerza!!! el 23 de febrero seremos muchos los que honraremos la memoria de Filíides y nos las veremos de nuevo con el del mazo. Que cuando llegue miraré al de al lado y pensaré que también le está atacando a él, y que si él puede, yo también.

Así que, ese es el objetivo terminar mi 6º Major, mi 8º Maratón. Y ser la mujer más joven del mundo en haber completado los 6 maratones más importantes.

Y como siempre digo, el Maratón es Cabeza, cabeza, corazón…cojones!!!