Entramos
en periodo crítico. A 7 semanas del maratón de Valencia debería estar volando.
Y no lo estoy haciendo.
La
preparación de los 8 anteriores maratones fue pelín diferente. Lo que más me está costando en la preparación actual es la tirada larga.
A mi!!! Quién me lo iba a
decir, si antes adoraba hacer km y km.
Pero claro, de todos los minutos que el
míster nos pone de tirada, casi el 80-85% son a ritmo maratón. Visto así, es lo
normal, lo más lógico. No debería costarme. Piensa que luego te tirarás más de
3h a ese ritmo. No hay que olvidar que el día anterior, el sábado,
también tenemos una más que divertida sesión de series. Series que me dejan
temblando y que me cuesta un triunfo terminar. Suelen ser series cortas en las
que vamos hasta 20segundos por debajo de nuestro ritmo de 10k…pues eso!
El
otro día de series, los miércoles, también es de lo más divertido. Solemos
hacer series largas tipo 3.000 y esta misma semana hasta 4.000’s y entre medias, para no aburrirnos, caen series tipo 1.000 ó 2.000 con ritmos de 10k. Háganse, por dios, una idea
de lo que es ponerse a hacer un 4.000 para el coco y las piernas después de un
2.000 a ritmo de 10k, que ha ido después de otro 4.000 por debajo del ritmo
maratón…pues eso!
El
domingo pasado, quería aprovechar la Media Maratón en Sant Cugat para hacer la
tirada larga de la semana. Tocaban ya 100minutos. El sábado nos habíamos
metido, tras 4k de calentamiento, 10x400+10x300, a ritmos por debajo de 10k. Y
aunque pensaba que no, finalmente me pasaron factura el domingo. Molestias
musculares en ambos isquios, respiración agitada y pulso alto. Iba muerta desde
el km 5 y como la cabeza gobierna todo, en cuanto me desanimé, ya eran todo
pegas. El circuito de por sí no me ayudó demasiado. Duro, muy duro. Subidas
largas y recorrido poco ameno. Vamos! que aguanté hasta el km 13 para
retirarme. La zancada ni brazada no eran naturales, iba muy forzada y tocada
muscularmente. Creo que la decisión fue la mejor, aunque en su momento dolió!
Seguí rodando hasta la zona de meta donde estaba el guardarropa e incluso de
vuelta a casa, en Barcelona, salí a rodar otros 25min de la mala leche que tenía.
Ahora
toca seguir, regular ritmos en las series para poder hacer la tirada del
domingo en condiciones.
En su
día, fue mi padre el que me dijo que las maratones son muy largos, y no se
refería precisamente a los 42km, sino al entrenamiento. A las semanas
interminables en las que a veces sales a correr sin ganas. Y tiene razón. Es en
días así, cuando más le echo de menos porque con casi 30 maratones en sus
piernas y conociendo como me conoce, siempre me ha entendido a la perfección y ha
sabido decirme justamente lo que necesitaba oir.
Eso
sí, no le tengo a él cerquita pero tengo un entrenador, al que admiro con
absoluta devoción, y que entiende cómo me siento y lo que pasa por mi cabeza. Siempre
he dicho que un entrenador, por muy bueno que sea, si no tienes empatía con él,
no tienes nada. Afortunada que es una. Y no sólo está él, tengo unos compañeros
de Club que son la leche y el domingo después de la Media me hicieron sentirme
más arropada de lo que ellos imaginan.
Así
que, como para desmotivarse! Quedan 7 semanas y aunque quizás a mi objetivo
inicial llegue justa, habrá que optar por un plan B.