Correr Definitivamente no es de Cobardes

Correr Definitivamente no es de Cobardes

13 abril 2015

Crónica del Maratón de Paris


Ahora que tengo un rato de relax, me siento a poner en orden mis recuerdos y escribir la crónica del Maratón de Paris.

Es curioso pero siempre tuve la sensación de que algo iba a pasar en carrera y cuando lo comentaba con mis más íntimos, le restaban importancia, lo achacaban a nervios y me decían que todo iba a salir bien. Físicamente iba preparada, lo sabía pero a un maratón siempre hay que tenerle respeto. Por muchos que lleves. Te la juegas a una carta y ese día puede ser tu día o puede no serlo.



Llegué a Paris el viernes sobre las 10 de la mañana. Fui directa al hotel, dejé maletas y bártulos y directa a la feria a recoger el dorsal. Me encantan las ferias por la gran variedad de artículos que se pueden llegar a encontrar y como me conozco preferi ir el viernes, y evitar cargarme las piernas el sábado.


Nada más entrar en la Expo, hay unos mostradores para entregar el Certificado médico, lo validan y con ello ya puedes recoger el dorsal y la bolsa de corredor. Y de ahí, a disfrutar de la Feria. Enorme el stand de ASICS y geniales los de Brooks y Schneider. Eché en falta la presencia de grandes marcas pero con maratones fuera de España una nunca sabe que marcas priman más que otras en ese país.



Fuera ya de la expo tocaba hacer turismo. Y como ya conocía Paris de otra vez, hice la típica: Arco del Triunfo-Torre Eiffel-Campos de Marte- Les Invalides-Lovre-Notre Dame.






Al día siguiente, amaneció nublado y fresco. Salí a rodar 45’ dirección Notre Dame y dediqué el resto de la mañana a pasear por Montmatre. Tarde de siesta y peli con Maléfica y a dormir prontito.

La suerte de tener el hotel a 2min de tu cajón de salida, me permitió tomármelo con calma. Y como la meta estaba a 500m, no tuve necesidad de dejar nada en el ropero. Me vestí y me puse una vieja camiseta de manga larga que tiraría después.

El cielo estaba despejado y hacía la típica brisilla matutina.

La primera salida fue la de los elites y después iríamos los demás.

La primera parte era muy favorable, de poner pegas, sería por los adoquines. La organización de los cajones y el tiempo de salida entre unos y otros, nos permitía correr muy cómodos, espaciados, sin agobios. Enseguida vi a una rubia francesa que parecía llevar mi ritmo deseado en carrera. Y la verdad es que iba clavada la tía. Yo miraba mi tomtom e iba clavando los km. Así que me dije: “Aquí me quedo”, sin preocuparme del reloj. En el parque de Vincennes, en el km 7 empecé a notar la primera subidita hasta llegar al Palacio, luego vuelves a bajar. Y luego a subir.

En el km 10, me tomé el primer gel.

Cuando sales del parque – muy bonito, por cierto – estás ya en el km 12. Aún seguía con mi liebre pero la perdí cerca del 15 cuando nos embulló un pacemaker de 3h15 y todo su séquito de seguidores. Nos pasaron como Orcos de la Tierra Media y ella debió contagiarse de su ritmo, pelín más rápido del que habíamos pactado en mi mente y la perdí.

“Me toca mirar el reloj”, me dije. Iba cómoda de ritmo y me iba motivando viendo los pasos por km, sin molestias, sin gastar (o eso creía yo) y pasar la media en 1h43 me dió alas, muchas alas.

Siempre he dicho, que para mi la clave de un maratón es del km 20 al 30. Si llegas vivo al 30, terminas en condiciones y no en plan walking dead – como una que yo me sé -. Segundo gel en el km 20. En el km 27 me notaba como adormecida, y eché mano de un Durvitán que había metido y un voltarén por si empezaba a doler algo J

Mano de santo, pero fue en el km 32, donde al mirar a lo lejos ya empecé a ver borroso. Y eso que en el 30 ya había echado mano de un tercer gel, y el último. Me preocupaba pero carajo…me quedaban 10km! Lo que quería era sufrir lo menos posible. Los puentes me habían dejado KO. Ya me habían advertido de ellos y aunque son duros, vale la pena vivir la ambientación que la organización monta dentro de estos, con láseres, orquestas, pantallas….muy chulo pero llegué muerta al Parque de Bolonia y se me hizo eterno. 

Quería salir de ahí y ver torres, castillos…algo que me distrajera de esa pájara inmunda. En el 37 empecé a decirme que en el siguiente avituallamiento me pararía. Lo hice antes porque veía que no llegaba. Me paraba y me sujetaba a un árbol porque me mareaba. 2min andando y me obligué a correr de nuevo. Iba muerta, lenta y no veía el avituallamiento. Hasta que apareció en el km 39. Me paré, bebí agua y comí plátano como si estuviera en la Selva. Vacía no, lo siguiente. Y lo sabía porque nunca he comido de esa manera ni durante ni después del maratón. Algo que no me ha pasado en esta precisamente. 

Con eso, pude llegar medio decentemente a meta, cual walking dead donde di de nuevo buena cuenta de agua y gajos de naranja.

Me quedo con lo importante. Una más. Luché contra la impotencia de no tener fuerzas, de abandonar. 




Fui caminando hasta el hotel. Muscularmente me encontraba bien. Había sido un tema de energía, de falta de fuerzas. Tendré que analizar el motivo. Aunque después de pasarlo tan sumamente mal, en principio pocas ganas tengo de empezar con la nueva decena de maratones. Airear la mente y probar con el trail, supongo que me vendrá genial. Tiempo habrá de volver a la mítica distancia.



10 comentarios:

Dani dijo...

Buena crónica. Los túneles,sobre todo el grande, son lo peor. Es cierto que la animación es buena, pero el aire no es del todo fresco y luego está la rampa de subida.
Los parques son bonitos pero el segundo toca en los últimos kms, cuando las fuerzas van justas.

Sosaku Runner dijo...

Enhorabuena Rosa por una maratón más que no está al alcance de todo el mundo. Paris tiene que ser precioso para correr. Una cosa, en el km 12 te pasó la liebre de 3:15? A cuánto saliste los primeros 12 kms? Y pasaste luego la Media a 1:43?

Ramón Sobrino Torrens dijo...

Muchas felicidades por la Marathón de París, la cual conozco bien. Saludos.

paco dijo...

Bueno el caso es acabarla, no siempre responde el cuerpo como quisiéramos, enhorabuena. Un saludico.

Alex dijo...

Cuando vienen mal dadas y se saca adelante tiene más mérito aunque se quede mal sabor de boca. Felicidades y ahora date tiempo que volverás...y lo sabes

thunderstruck dijo...

los túneles de París son ese tramo-putada q tienen q tener todos los maratones. A por el siguiente!!

Angel Sánchez dijo...

Sosaku, supongo que sería de un cajón que salía más tarde. Me parece que pusieron prácticos de diferentes tiempos en cada cajón, porque a mí antes del km 20 me habían adelantado 3 PRÁCTICOS DE 3:30!!!
En cuanto a los parques, el primero si que lo disfrutas, todo muy verde y bonito, pero el segundo es matador...
Aún así, una maratón dura pero preciosa!

MMV dijo...

Felicidades, Rosa! Una más que contar, con mérito, mucho mérito. Un abrazo!

RA dijo...

Está bien, es París y ha costado mucho llegar. Más o menos es lo de siempre, es lo que nos gusta y no entrenamos exclusivamente para llegar en un tiempo determinado, sino que lo hacemos para formar parte de esta bella idea de ser corredores de maratón.
Dices trail, pero especifíca qué trail, cuanto trail y dónde trail. Con lo bien que te va el asfaltillo....

Halfon dijo...

Rosa, algo te falló con la alimentación posiblemente antes de carrera y el organismo no recargó, nada mas que revisa que pudo ser para solucionarlo en la próxima.

Los túneles por mucho que los ambienten son tremendos, te falta el aire y el que te llega no es de lo mas puro.

Y luego es criminal poner el bosque de Bolonia al final de la Maratón, cuando lo que necesitas sobre todo es animación.

Pero Paris es espcial y ya nos gustaría a todos disfrutarla en esa forma al menos una vez en la vida.

Ya nos contarás como te metes en el trail.

BSS